28/4/17

llorar con las tripas en la manos

Cuando tenía nueve años quise ser un hombre. 
Me propuse firmemente no volver a llorar hasta que no tuviese joder mis tripas en mis manos; Como decía mi padre: No llores joder hasta que tengas las tripas en la mano
Me propuse presentarme en el parque con el fin de hacer amigos… Ensayaba delante del espejo, estiraba el brazo y ofrecía mi mano… Buenas tardes me llamo Arturo.
Tenía lo que hay que tener para ser un hombre. Nueve años, dos amigos y me gustaban tres chicas de clase: Raquel, Sonia y Susana.




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